La esperanza de Andrés

Foto por @pablo_portals

"Ahora que debutas en política, mi bello, deseable amigo, 

jamás pierdas de vista el desolado panorama de la injusticia que es la sagrada escritura de nuestras tierras latinoamericanas".

- Carlos Fuentes, La Silla del Águila Esta mañana Andrés Manuel López Obrador recibió la banda presidencial y con ella recibió un país que está hundido en problemas. Pero hoy, este hombre de cabello cano les da a muchas personas algo que hace mucho tiempo habían perdido, esperanza. 

Así, como su eslogan en campaña lo marcaba se vuelve la “Esperanza de México” el actual presidente, pequeñas palabras que tienen un fondo bastante peligroso. 

Recibir a un país como México no es nada sencillo, es despertar teniendo en la mente que México no espera, que el país azteca sangra todos los días, es recibir un país con hambre de justicia, pero no la justicia de los tribunales sino la justicia del pueblo, esa justicia que se asemeja más a una venganza que a una conformidad con las leyes. “México está teñido de ríos ensangrentados y cavado de barrancas fúnebres y sembrado de cadáveres insepultos”, dice Carlos Fuentes. Recibir a México, es recibir una sociedad que llora a sus muertos, es tener a miles de madres pidiendo buscar a sus hijos, es tener un tejido social que está en muy malas condiciones. Es tener una nación que no sabe qué es el bien, es no entender a Alfonso Reyes cuando comenta que “el bien no debe confundirse con nuestro interés particular…”

Hoy México está destrozado y prometer esperanza es darle vida, es dar una promesa de que algo bueno puede venir. Pero hay una mentira y en este sentido Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo de Luis Donaldo Colosio Murrieta, en el programa Tragaluz comentó refiriéndose a su padre: la mentira más grande que se cuenta México todos los días es que una sola persona iba a resolver todos los problemas del país milagrosamente de la noche a la mañana. 

Esta esperanza que AMLO prometió, va acompañada de la mano de esta ilusión, de este sentir que un hombre puede sanar una patria, que un hombre puede transformar una nación. 

Y aunque Andrés representa un parteaguas en la historia política del país, una historia marcada por la corrupción, debe tener en claro que no basta con que el presidente sea honesto. No basta con que él sea un hombre de intenciones, eso no sirve si no se puede llevar a la acción. 

Pero Andrés hoy cambia el escenario político y tiene esa oportunidad de llevar a la acción sus ideas, tiene el congreso a sus órdenes. Ahora debe buscar la forma de cómo resolver los diferentes problemas de este México, que es muchos Méxicos. Quizá veremos al presidente con más poder, dado que tiene al Congreso de su lado y el apoyo extraordinario de una sociedad, que hemos tenido en los últimos años y es esto mismo lo que hará tan relevante sus decisiones.

Así mismo, él tendrá que hacerse responsable de aquellas decisiones que tome en estos seis años, y también del movimiento que formó y que hoy gobierna a su lado. 

Esta esperanza que formó, este cambio de régimen como ellos lo denominan, se le puede salir de las manos y puede crear un descontento social aún más marcado, una fractura que haga que el rumbo de la siguiente elección sea para otros colores y otros ideales. O por otro lado puede fortalecer esta idea de cambio y que ahora su movimiento sea el partido que predomine en el poder por una gran temporada. 

Esta sociedad está decepcionada, fallarle significaría para muchos quitar el voto de confianza que se dio mientras que para otros será justificar las acciones. Sin duda fallar y prometer más de lo que se puede hacer o prometer mal puede significar una división aún más grande del país. Y como el mencionó esta mañana "no tiene derecho a fallar". 

El escenario puede variar, pero la esperanza que ha formado para muchas familias seguirá siendo lo único que importe, seguirán apoyando al nuevo presidente, sean buenas o malas las decisiones que tome. 

El ideal en que ha puesto su gobierno es alto, al igual que la caída lo puede ser, pero que la historia se encargue de juzgar.

La tarea más grande que va a tener será la de “tratar de conciliar todo lo verdadero que pueda tener la historia con lo exacto que pueda tener la invención”. 

La tarea más grande para nosotros como universitarios y sociedad será tratar de reconstruir nuestro país.